A esta modalidad de psicoterapia concurren ambos “partenaires” o miembros de la pareja, pues el tratamiento se aplica al vínculo y no a las personas que lo componen. No importa de qué sexo sean, ambos deben tener entrevistas preliminares paralelamente a las sesiones vinculares, es decir, las sesiones en que asisten él/ella, ella/ella o él/él. En la terapia de pareja los terapeutas son dos, configurando así una simetría necesaria para las sesiones vinculares, al menos.
Esta terapia es breve pues está orientada a generar nuevas estrategias y pactos de conducta en la convivencia. Sin embargo, es frecuente que se descubra la necesidad de intervenciones individuales para acercarse a los cambios de comportamiento que requiere el proceso común. Las sesiones vinculares duran entre 60 y 80 min.